Soltar la piedra
- mdehaquiz
- 14 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 abr 2021
Me encantan las piedras, y en cada lugar que visito recojo una piedra y la llevo a casa. Tengo una pequeña colección en este momento y cada una lleva algún recuerdo bonito.
No me quedo con todas las piedras, cuando mi colección ya está tomando mucho espacio, escojo una, le pongo una intención y la mando por un río, o la devuelvo a la tierra.

La intención puede ser algún pensamiento recurrente, una preocupación que quiero soltar, un deseo que quiero compartir, una bendición que quiero mandar, o un agradecimiento que quiero expresar. Conocí un maestro que usó la piedra para una enseñanza que me quedó sonando en mi corazón y quisiera
intentar compartir aquí.

Una persona coge una piedra y decide llevársela, puede ser que le gustó su textura, su color, o su forma. La persona lleva la piedra en su mano (no tiene donde más cargarla), y no la quiere perder, entonces aprieta su mano con fuerza. Entre más aprieta la mano más molestia siente, y su mano empieza a doler. Después de un tiempo cargando la piedra, siente el peso, el dolor, la molestia, y empieza a quejarse.
- ¡Ay que piedra tan pesada! ¡Como duele cargar con esta piedra!
A pesar del fastidio, no suelta la piedra.
¿Qué piedras no queremos soltar? A veces ni nos damos cuenta de los rencores, recuerdos, odios, frustraciones, obligaciones, culpas que insistimos en cargar. Cada uno de nosotros tenemos alguna piedra que nos haría bien dejar ir.
Después de esta enseñanza me he podido despedir de varias piedras y siento que me ha traído mucha paz. Seguramente aun tendré mas oportunidades de desapegarme de unas cuantas rocas por que sigo creciendo y cambiando.
Las piedras también podrían ser ejemplos de vida. Una piedra en el río se deja transformar por el agua que pasa por encima, cambiándola de forma y tamaño. Llevándola a otros lugares hasta llegar al mar, y poco a poco transformarse en arena.

La vida nos transforma, cada reto es una enseñanza que nos aliviana de nuestras densidades. A veces podría llegar pensamientos de que la vida es dura, y venimos aquí para sufrir. Pero en realidad, sufrir o no sufrir es nuestra decisión. Podemos ser como las piedras y dejar que las experiencias nos transformen con agradecimiento, o podemos renegar nuestras vidas asumiendo que el universo esta contra nosotros. Igual podríamos ser como el agua, fluir a través de los obstáculos, hacer el trabajo de movimiento, y comprender que el cambio es necesario.
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