Combustión espontánea
- mdehaquiz
- 21 oct 2022
- 4 Min. de lectura

Una tarde después de un día largo de oficios y vueltas, regreso al apartamento y encuentro que absolutamente todo se ha desaparecido (excepto los gatos). Pareciera ser el resultado de una “Combustión espontánea”. No hay loza, ollas, cama o sofá. Mi closet está desocupado, en los cajones ni un calzón. Donde quedaba la cama solo se ve una bolita de pelo de gato. En los baños falta el shampoo, jabón, las maquinillas de afeitar y la crema antiarrugas que nunca servía. Las plantas han desaparecido, igual que las canastas con todos sus contenidos, las bibliotecas y los libros.
¡Chazan!, combustión espontánea.
Al hablar se escucha un eco por el vacío. Ahora solo hay espacio, donde tengo que empezar de nuevo: una página en blanco. Aun no se como me siento ante esta situación. ¿Realmente qué me va a hacer falta? ¿Qué cosas permitiría que entren a mi apartamento otra vez?

Esa pregunta la escuche en uno de los podcasts de “The Minimalists” y me quedó sonando.
¿Qué haría yo si todo se desparece? Definitivamente hay muchos objetos que no compraría otra vez. Tal vez sentiría un gran alivio de que ya no existen en mi espacio. Entonces la pregunta sería: ¿Por qué no elimino esas cosas ahora en cambio de esperar una combustión espontánea?
Quiero aclarar, de ninguna manera estoy diciendo que planeo salir de todas mis pertenencias para empezar de nuevo, eso sería terrible para el medio ambiente y mi bolsillo. Los Minimalistas han dicho –“Dejar ir el deseo también implica dejar ir el deseo de dejar ir.” Son palabras sabias que tengo que tener en mente.
Pero me parece un buen ejercicio de imaginación para evaluar realmente qué me hace estorbo, con qué me gustaría quedarme, y cuáles son las razones. Comprendiendo todo esto pondría más consciencia en mi consumo.
Cuando adquirimos nuevos productos sentimos un placer que se obtiene al liberar un neurotransmisor llamado dopamina y por eso muchos son adictos a las compras. El psicólogo Juan Camilo Cárdenas dice que- “Las sensaciones que aparecen de manera espontánea y solo motivadas por agentes externos podrían estar dentro de la categoría de placer. El cual solo genera sensaciones de felicidad a un muy corto plazo”. El olor de un libro o un vehículo 0 kilómetros, la emoción de estrenar una prenda, admirar el brillo de una olla sin estrenar ( tal vez yo soy la única que me emociono con eso), el abrir la caja de algún producto de “Apple” ( no me ha tocado esa dicha pero parece ser muy emocionante según dicen por ahí) , escribir mi nombre en una bitácora con hojas limpias, o algo tan simple como usar un cepillo de dientes por primera vez, son algunas sensaciones que nos hace querer comprar cosas nuevas, y seguir llenando nuestros hogares.

¿Cómo evitar tanta tentación? ¿Cómo pelear contra un adversario tan poderoso como el consumismo? Ojalá supiera de algún remedio mágico. Pero hay varios consejos de personas que han llevado un tiempo contemplando esta situación.
1. Estar agradecido de lo que ya tienes.
2. Seguir la regla: Si algo entra, algo debe de salir. Compraste una nueva blusa, regales una de tu closet.
3. Hacer una lista de deseos. La lista nos ayuda analizar realmente qué es importante para nosotros y evitamos hacer gastos que después nos arrepentimos. Cada ves que hay la tentación de hacer alguna compra, recordamos la lista de deseos y podemos tomar la decisión de ahorrar el dinero para algo más significativo. (Un viaje, una experiencia, un retiro, un nuevo pasa tiempo, un curso, una comida deliciosa)
4. Investigar sobre el producto que vas a comprar (leer las reseñas nos da una idea de la calidad) y esperar un mes para tomar la decisión final. En ocasiones al pasar el mes me doy cuenta que realmente no lo necesitaba.
5. Evitar entrar a los centros comerciales, ¿para qué torturarse?
6. Cuando vas de compras llevar una lista; aquí toca ser estrictos, si no está en la lista no se compra. (Trata de no dejar la lista en casa)
7. Siempre buscar las opciones que hace menos desperdicio, deja menos huella de carbón, y que sea hecho de materiales naturales o fáciles de reciclar. Esto nos baja las opciones y así compramos menos.
8. Dejar tus tarjetas de crédito en casa.
9. Decir “no gracias” a las ofertas o regalos gratis de las tiendas.
10. Salir corriendo cuando hay descuentos 2x1, 3x2 etc. Eso realmente no es un descuento es un truco para que consumas lo que realmente no necesitas.
11. Si un producto está en descuento, preguntarse si estarías dispuesto a pagar el precio original; si la respuesta es no, probablemente no es algo que necesitas o realmente te guste.
12. Hacer preguntas como: ¿Es algo que podría alquilar, pedir prestado, o puedo usar algo que ya tengo?
Además de la revisión anual de tus cosas para eliminar lo que ya no usas, algo de estos consejos podrían ayudar para evitar llenar el hogar de más objetos, por los menos es mucho más viable que una “Combustión espontánea”.


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