Otro momento para agradecer
- mdehaquiz
- 10 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 11 may 2022

Son las 5 am y escucho las mirlas cantar una variedad de tonalidades. No me he ido y ya las extraño. Las ramas del pequeño bosque alrededor mío me saludan con el suave baile que hacen con el viento, su olor a lluvia, y sus habitantes charladores. Me quedo quieta en la cama, sintiendo una ola de agradecimiento. Estoy en el lugar perfecto, en el momento perfecto, y siento una paz por todo mi ser.
Hay momentos que me quejo de varios aspectos del apartamento donde vivo; Las goteras, los caños que frecuentemente se tapan, las ventanas que no cierran bien, la cocina sin mesones, el lavaplatos viejo con manchas imposibles de eliminar, la madera podrida debajo del lavaplatos, y el piso frío. Pero esta mañana me desperté viendo el lugar con otros ojos. Se me renovó el amor o más bien el agrado por él. Se me olvida de sus defectos y veo sus cualidades. Pienso – Si este lugar fuera mío, todo sería diferente. ¿Será?
He visto varios lugares, y en cada uno me imagino el cambio que podría hacer. Nunca estoy satisfecha, siempre hay algo que quitar, poner, cambiar. No digo que eso sea malo, es importante mantener la vivienda con los arreglos necesarios y sentirse cómodo. Pero me observo en ese pensamiento. ¿Cuándo encontraré el momento de no querer más? ¿Cuándo estaré satisfecha?

Finalmente, no llovió, pero las montanas que se ven desde la ventana de mi dormitorio están cubiertas de nubes, parece una pintura japonesa. Respiro profundo, ¿Será posible encontrar una vivienda que supera esta vista? Tal vez sí, tal vez no, pero si me voy de aquí, ¿podría lograr ver las cualidades de otro lugar? ¿Podría estar tranquila y satisfecha en cualquier lado?
A veces las personas se mudan a un nuevo sitio y lo primero que hacen es llenarlo. Llenar el vacío con objetos. ¿Qué hay de malo en una biblioteca con pocos libros, una mesa sin florero, una pared sin cuadros? ¿Qué pasaría si dejo la página en blanco, la agenda sin citas, el día sin planes? Quiero llegar al punto donde el vacío sea cómodo, donde pueda estar tranquila y en paz en cualquier lado, momento o situación.
No sé si el próximo mes estaré aquí en el apartamento con goteras, no sé si ese es el plan. Pero me anima saber que tengo un trabajo interno que hacer, aprender a ser agradecida con cualquier situación. Al parecer el agradecimiento es la solución, casi siempre es.
Ahora el gran astro salió, calentándome con sus rayos, los gatos se estiran en el tapete para recibirlo, toman su baño de sol. Un momento perfecto, otro momento para agradecer.
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